España, 2000, Eduard Bosch
¿Cuantas veces hemos visto una película que se estropea con el final? Lo que es realmente raro es que mejore con el final, y más todavía cuando me refiero a los últimos instantes y una única frase.
Ese es el caso de El Viaje de Arian, un recorrido directo y rápido de una chica idealista que pasa de los ambientes radicales vascos a incorporarse a un grupo operativo de ETA.
La película nos muestra con total asepsia ese viaje, sin posicionarse (aunque siendo el tema que es, el espectador estará posicionado sin duda) y sin demasiado sentimiento. Tanto es así que según avanzan los minutos la película se resiente, no queda muy claro que es lo que quiere trasmitirte el director, es demasiado neutra. La cinta es entretenida pero esperas algo más y no lo encuentras.
Sin embargo, en el último minuto, una frase de su protagonista, envuelta en una situación determinada, justifica todo, y digo todo, lo acontecido hasta entonces y cómo esta contado.
viernes, 14 de agosto de 2009
Opinión crítica: El Viaje de Arian
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