Y si alguien piensa que "bueno, está muy mal, pero no hay que ofender las religiones", pues creo que no se ofende a las religiones sino a las personas y coartar la libertad libertad de expresión en función de los sentimientos subjetivos de las personas es mala idea por varios motivos. ¿Quién decide que es ofensivo? ¿Cada persona? ¿Cuantas personas hacen falta para que sea ley? ¿Una? ¿Cómo se mide el grado de estar ofendido? ¿Y si el partido en el gobierno se ofende cuando se le critica?
Y aquí nos encontramos otro problema, el uso partidista e interesando de la ofensa, como hemos podido ver este año unos chistes sobre Irene Villa (y otros) de un ciudadano no molestó a nadie hasta que ese ciudadano fue concejal, a pesar de que a la propia Irene Villa no le molestaron (otros sin embargo sí mostraron su descontento), fue principalmente la "ofensa" de otros lo que presionó lo suficiente para que este concejal, Guillermo Zapata, fuera apartado de su cargo. Este es un ejemplo de la ley del embudo que dice que según quién y a quién se critique se puede estar en el derecho a la libertad de expresión o profundamente ofendido.